Los inversores en Wall Street vuelven a la realidad de los datos económicos.

Fuente: Finanzas.com

Víctor Martín

Nueva York, 2 oct (EFE).- Después de la aprobación del plan de rescate de Wall Street por parte del Senado estadounidense, los inversores se toparon hoy con más datos que delatan el debilitamiento de la economía y del empleo en EE.UU., lo que llevó a los índices al cierre en negativo.

El escenario puede hacerse aún más inquietante el viernes, si se confirman las previsiones sobre la marcha del mercado laboral en septiembre.

El índice Dow Jones de Industriales, que agrupa a algunas de las mayores corporaciones de EE.UU., perdió hoy un 3,22%, el mercado Nasdaq bajó un 4,48% y el selectivo S&P 500 retrocedió un 4,03% respecto del día anterior.

Estos resultados se registraron después de que el Senado aprobó el miércoles con un amplio margen -74 votos a favor y 25 en contra- el plan de 700.000 millones de dólares con el que se pretende restaurar la confianza entre las entidades bancarias y facilitar que fluya el crédito entre ellas y desde estas hacia empresarios y consumidores.

El Gobierno y otros que apoyan el plan, incluidos los candidatos a la Casa Blanca, el demócrata Barack Obama y el republicano John McCain, confían en que esta nueva versión que incluye incentivos fiscales y la protección de depósitos hasta 250.000 dólares, en lugar de 100.000 dólares, ablande los corazones de los legisladores que el lunes impidieron su aprobación en la Cámara baja.

El presidente de EE.UU., George W. Bush, insistió en que el plan no pretende solo salvar del naufragio a las firmas de Wall Street, sino que es también necesario para la pequeña y mediana empresa y los ciudadanos.

Enfatizó que esta crisis "va más allá" de Nueva York y Wall Street y que afecta a la gente trabajadora, preocupada por sus ahorros, sus empleos, sus viviendas o sus pequeños negocios.

"La Cámara de Representantes debe escuchar estas voces" añadió.

Hasta que llegue ese momento, que podría ser este viernes, los inversores han tenido que digerir algunos datos en los dos últimos días que les han obligado a centrar de nuevo la atención en la marcha de la economía.

El Departamento de Comercio de EE.UU. informó que los pedidos a las fábricas descendieron un 4% en agosto respecto del mes anterior y el miércoles se conoció que la actividad manufacturera en septiembre estaba en el nivel más bajo desde 2001, según el índice que elabora The Conference Board.

Hoy se supo también que la semana pasada se tramitaron en EE.UU. un millar más de peticiones nuevas de subsidios por desempleo que en la anterior y el total, de 497.000, representa el nivel más alto desde hace siete años.

Esos datos podrían ser un mal augurio para las cifras de empleo, correspondientes a septiembre, que difundirá el viernes el Departamento de Trabajo, algo a lo que los inversores prestan notable atención por la repercusión que puede tener en el consumo y en los beneficios de las empresas.

Los expertos prevén que la economía perdió en ese mes 105.000 empleos, después de destruirse otros 84.000 en agosto, y calculan que la tasa de desempleo se mantendrá en el 6,1%.

El panorama económico en EE.UU. pesó también en el comportamiento de las principales bolsas europeas, que cerraron con sus principales indicadores precedidos del signo negativo.

El índice DAX-30 perdió un 2,51% en la bolsa de Fráncfort; el FTSE-100 retrocedió un 1,8% en el mercado de Londres; el CAC-40 cedió un 2,25% en la bolsa parisina y el Ibex-35 bajó un 1,61% en la Bolsa de Madrid.

Los descensos bursátiles coincidieron también con la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener en el 4,25% el tipo de interés de referencia en la eurozona, aunque constató que la reactivación económica en esa área se debilita.

Esa perspectiva favoreció que el dólar se fortaleciese ante el euro y otras monedas, lo que influyó, a su vez, en un descenso del precio del petróleo y de otras materias primas que, como ocurre también con el oro, se negocian con la divisa estadounidense.

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